jueves, 24 de diciembre de 2009

Las Navidades son para los borrachos





Mi enfermedad pulmonar, que se manifiesta con una persistente tos seca, hizo que en Nochebuena no saliese. El humo del tabaco era un pésimo aliado para mi enfermedad, lo que me hizo desistir de ir al Kraken, donde tomar una cerveza. A la mañana siguiente continuaba con mi persistente tos,, pero lúcido para poder dar una vuelta por la ciudad. Tranquila, inerte... más solitaria que un domingo cualquiera.
Alguno de los que se dirigían a casa, después de una Nochebuena de fiesta, al despertar se diría: "No bebo más. Maldita resaca". La resaca... una cerveza acompaña en un paseo por la ciudad. Dos cervezas quizás turben un poco. Tres cervezas es la invitación a continuar. Hemos dejado de lado el placer, que es virtud, para caer en el vicio. Después de la tercera, imbuídos por la euforia etílica, quién sabe.
La mirada determina los espacios, porque en la mirada va también el uso. No es despreciar la mirada del borracho, el cual no obstante tiene su atención en otros quehaceres. El borracho ocasional, de fin de semana, de fiestas señaladas, es quien padece más la resaca... La mirada del borracho convierte en extraordinarios lugares anodinos, porque le ocurren cosas, no tanto por el lugar, sino por el alcohol. No otorga a esos lugares una valoración estética, o moral, quedan, en el mejor de los casos en una memoria borrosa que ha de ser recuperada con la ayuda de quien también estaba por allí: "Te acuerdas....".

Tarde de Nochebuena



sábado, 31 de octubre de 2009

El amanecer de la noche al día.





Una hora liminal. El momento en el que el día comienza a sustituir a la noche. Los noctámbulos festeros apuran, intentando llevar más allá, la fiesta. Anhelan, ayudadados por la química, que la fiesta nunca acaba. Los que despiertan y van al trabajo, los aburridos del día. Y seres de diverso pelaje con diferentes intereses.
Mientras la ciudad permanece, oculta, con sus rincones, con sus momentos...

viernes, 30 de octubre de 2009

La necedad de la cultura popular


La verdad no es democrática. Los necios proclamaron que "los pisos nunca bajaban de precio", "son una inversión segura", y que "alquilar es tirar el dinero". Esa necedad cubrió a toda una sociedad que ahora ve como la verdad económica (en forma de realidad) no es democrática. Pero esto los necios no lo supieron ver y compraron y compraron...

martes, 6 de octubre de 2009

Puerto olvidado





Tras los grandes eventos amanece en una zona del Puerto olvidada en espera de tiempos mejores.



Tras una noche de fiesta.


También amanece allí donde la miseria habita.

jueves, 1 de octubre de 2009

El espacio urbano y la memoria propia



En la foto puede verse la evolución del cauce del río Turia, la primera foto corresponde a 1.964, la segunda a la actualidad (las fotos han sido sacadas de internet). La tercera foto corresponde a la calle Colón, a la altura de la plaza de toros.
Me planteo que la pérdida, transformación, de los espacios urbanos, supone una pérdida importante en el imaginario colectivo y en la construcción de la identidad, así como la pérdida de referentes en la memoria lo que hace que ésta se vuelva un poco difusa y tienda a perderse. La radical transformación de Valencia ha supuesto una perdida identitaria importante para los vecinos. Se pertenece a una tierra, a unos espacios...

jueves, 17 de septiembre de 2009

La ciudad decadente

Las regias fincas observar la ciudad decadente. Atras quedan los tiempos de fastos, donde la opulencia era norma. Los carteles de pisos cuelgan desgastados por el paso del tiempo. Aún hay gente que se resigna a ver que la fiesta acabó y que las cosas no valen lo que valían antes. La espera en la decadencia. ¿Cuánto vale una cosa? Lo que se esté dispuesto a pagar por ella.
Despiera un domingo y baja a la calle, mira a su alrededor y ve la calle triste, sin gente, desgastada. Sin duda la fiesta se acabó sin que nadie se diera cuenta. Todos querían ser el último en salir.
-A mí me costó el piso 200.000€ -dice apurado el vendedor.
-¿Y? No los vale, como tampoco vale los 135.000€ que me pides. ¿Qué culpa tengo de qué comprases un zulo a precio de palacio?
La calzada agrietada, parcheada, aquejada de la dejadez por falta de inversión. Repunta el mercado negro, la economía retrocede. O esto o nada, se dice más de uno, y frente a la nada la norma, la ley, no puede imponerse. "Si es que ya no tengo nada que perder" dice un apurado padre de familia. Irresponsable pero apurado por la situación. Tiene un coche que no puede pagar, un piso que no puede pagar, y un cerebro que debió adquirir a precio de saldo.

viernes, 14 de agosto de 2009

LAS JENNYS Y LOS JHONYS EN EL PASEO MARÍTIMO

En lo que antañó fue el ACTV, ahora emerge una discoteca, terraza gustan llamar, donde la música pachanguera atrae a la juventud. Jóvenes imberbes, etilizados, y algo más, disfrutan del amanecer en el paseo marítimo mientras apuran las caladas a sus cigarrillos. Algunos caminan hasta las Casitas Rosas para comprar más cocaína ya que les queda poco o se les ha acabado y no han de coger sus coches, pagados a precios de viejos. Durante el trayecto conversan, interactúan y disfrutan de un amanecer con los compañeros. De un primer vistazo a lo que habita en el paseo marítimo podemos decir que en la noche valenciana se ha impuesto la primacía estética de las Jennys y los Jhonys y se ha enaltecido la ignorancia y la barbarie cultural.
"No todo vale". Este razonamiento no es accesible a este colectivo de descerebrados que pululan por los amaneceres valencianos. Me acerco con la bici a donde uno de estos mea. Cuando paso a su lado acaba de guardarse la polla y comienza a gritar y saltar simiescamente. Los efectos de la cocaína en el Jhony de turno y mi presencia en bicicleta ha colapsado su sistema neuronal. La racionalidad abandonó al pobre infeliz. Su reacción era esperado, no es el primero, y lo triste es que si se pretendía original, atrevido, su genialidad no es más que la manifestación de la mediocridad de la masa, una masa que se cree vanguardia.
No existe el analfabetismo en España, pero el analfabetismo funcional en Valencia es muy elevado, sobre todo entre los machitos que uno puede ver a partir de las 6 de la mañana por el paseo marítimo.
Otro me pide la bicicleta para darse una vuelta. Lo hace sin convicción, intentando impresionar a las chicas con las que habla. Es complicado hablar con ellos. El alcohol y las drogas les ha dejado en un estado poco reflexivo, si además han tomado cocaína, algo bastante habitual viendo la estética, el uso del lenguaje que hacen y su comportamiento, endiosan la subnormalidad pasajera que padecen y se vuelven peligrosos.
El paseo marítimo a la altura de Akuarela Playa presenta un estado lamentable. Ríos de orín seco, botellas, bolsas, cristales... algún descamisado rebozándose en la mierda del ciego que lleva, y gente que intenta apurar la noche.
Sólo falta escucharles hablar, las conversaciones tienen un valor antropológico inigualable, pero son dolorosas ya que están cargadas de aberraciones lingüísticas producto de la ignorancia, una ignorancia que justifican y asumen siguiendo los modelos televisivos que hacen de la ignorancia un valor en sí.

domingo, 9 de agosto de 2009

Amsterdam Junio de 2009. Cuando se iba el sol hacía frío






Infraviviendas en Valencia




La búsqueda del poblado chabolista, de la "favela" brasileña o la "villa" argentina. Valencia es Europa, y no tiene un problema de esa magnitud, pero si que tiene, un barraquismo vertical, así como inicios de asentamientos precarios. ¿Volverán los poblados chabolistas? Una forma de urbanismo espontáneo.

lunes, 9 de febrero de 2009

Se acercan las Fallas

-Yo te invito.
-No, yo te invito.
-No, yo.
La amistad fallera sellada por el último trago de la mañana. Luego el descanso del guerrero. Las fiestas populares dan cobertura social al consumo de alcohol. Las mujeres ven bien que sus maridos se lo pasen bien con los otros hombres. Total, unos días. Está permitido. Los niños juegan en la calle. Las calles son recuperadas por los vecinos, que dejan los coches en un caos circulatorio que transforma la ciudad. Las direcciones prohibidas dejan de serlo, y únicamente las grandes vías permanecen para posibilitar unos servicios mínimoas ante emergencias...
En Fallas apetece levantarse al amanecer, e incluso antes. Así podemos pasearo por la ciudad mientras amanece y los últimos se acuestan. Los falleros que han estado cuidando sus fallas, acaban con las últimas copas antes de irse a dormir, los mayores. Los niños han aguantado, junto a los mayores, lo que les hace sentirse bien. Pueden hacerlo, y el mero hecho de no tener que dormir hasta el día siguiente les gusta, aunque al día siguiente estén cansados. Han visto como los mayores han bebido, y han ido pasando de la euforia al cansancio. No prestan atención a cuando los mayores se prometían amistad eterna, se veían como los verdaderos amigos... influidos por el etanol. Son niños, y ven eso, como los mayores durante las largas noche de espera fuman. La responsabilidad de vigilar la falla, la excusa para no acostarse junto a la parienta, tan conocida, tan poco excitante, tan aburrida. En la falla la conversación, los amigos, la noche de juerga...
Apetece incluso levantarse un poco antes del amanecer, porque entonces se observa la antesala de ese momento, cuando la fiesta acaba, cuando deambulan los últimos borrachuzos buscando una copa, una juerga, un sitio donde caérse hasta que se haga de día, y entonces llegue la hora del descanso.

miércoles, 28 de enero de 2009

Movilidad en la ciudad


En Valencia las autoridades municipales, como buenas herederas del desarrollismo franquista, han concluido que el progreso y bienestar se mide en la tenencia y uso de vehículos a motor privados. La ciudad está pensada por constructores y recorrida por grandes avenidas pensadas para facilitar el tráfico de los coches.
Toda forma de movilidad que implique no utilizar coche o moto está supeditada y postergarda, incluso caminar. La preferencia es siempre para el coche, las calles se diseñan para los coches y el espacio que ocupan los coches es brutal. Las rotondas facilitan el paso de los coches, aunque dificulte el de los peatones, bicicletas... Las bicicletas no son consideradas vehículo más que para poner sanciones por la Policia Local, que mientras ve un coche en el carril bici multa a un ciclista por ir hablando con el móvil.
Por la ciudad podemos movernos de varias maneras. Obvio el coche, capsula que nos aisla física y mentalmente de la ciudad. En el coche no se disfruta de la ciudad, se padece. La bicicleta permite aproximarnos mejor al ritmo de la ciudad. En distancias inferiores a los 5 quilómetros es más rápida que el coche.
La mejor manera para captar una ciudad, para perdernos como paseantes anónimos, es caminar y el transporte público. Además de hacer que salgamos de la vida sedentaria que habitamos, nos permite cotillear en vidas ajenas: en los autobuses se pueden escuchar conversaciones ajenas, relatos curiosos...

domingo, 11 de enero de 2009

sábado, 10 de enero de 2009

Las favelas, villas... el urbanismo espontáneo.

Las favelas, las villas, son una arquitectura nacida de la miseria, una arquitectura precaría, que ha pervivido en el tiempo y se ha institucionalizado por la realidad social. No es una arquitectura que esté pensada para pervivir más allá del uso que se le da. Algunas favelas están construídas sobre montañas de basura. Esto, junto a la ausencia de una red de alcantarillado o agua potable hacen que los problemas sanitarios sean cotidianos.
Sudamérica ha visto crecer estos "barrios", sobre todo en la segunda mitad del siglo XX cuando se produce una gran afluencia del campo a las grandes ciudades: Río de Janeíro, Buenos Aires, Bogotá, Caracas... las autoridades políticas no pudieron, o supieron, dar una respuesta al problema de vivienda que se presentó con la llegada de miles, millones, de personas con escasos recursos que buscaban mejor vida en la ciudad. Esta gente busco solución a su problema habitacional y poco a poco fueron creándose en la periferia de las grandes ciudades lo que se ha conocido también como villas miseria.
Estos asentamientos han ido institucionalizándose, y poco a poco inscribiéndose en la realidad, dejando de ser invisibles y recibiendo atención pública. El 7% de la población de Brasil vive en favelas, y la mayor favela del país, la favela Rocinha, en Río de Janeiro, tiene más de 150.000 habitantes. Cuando se han vuelto visibles y las autoridades políticas han aceptado esta realidad impuesto por los hechos se han intentando llevar a cabo algunas actuaciones para dotar de infraestructuras a estos "barrios".

lunes, 5 de enero de 2009

Venezia




¿Venecia? Una ciudad de tópicos y turistas. Bella, eso sí.

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