sábado, 31 de octubre de 2009

El amanecer de la noche al día.





Una hora liminal. El momento en el que el día comienza a sustituir a la noche. Los noctámbulos festeros apuran, intentando llevar más allá, la fiesta. Anhelan, ayudadados por la química, que la fiesta nunca acaba. Los que despiertan y van al trabajo, los aburridos del día. Y seres de diverso pelaje con diferentes intereses.
Mientras la ciudad permanece, oculta, con sus rincones, con sus momentos...

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