lunes, 8 de abril de 2013

¿DÓNDE ESTAMOS? (I) "Esqueletos de la construcción" (Las Provincias, 08/04/2013).

Esqueletos de la construcción La paralización del sector está generando graves peligros, focos de insalubridad y riesgo de derrumbe de estructuras 08.04.13 - 01:13 - DANIEL GUINDO | VALENCIA. Grúa abandonada en el complejo de Sociópolis. / LP La grúa de Moreras lleva «abandonada» desde la primera carrera de F1, según los residentes Patraix, el bulevar sur o El Palmar tienen planes urbanísticos donde se suceden solares vacíos Grúas que chirrían al viento, esqueletos de hierro y hormigón que envejecen sin haber nacido, solares dibujados entre proyectos de calles todavía sin asfaltar o andamios que sujetan fachadas a punto de desplomarse. El 'boom' de la construcción ha dejado, con el paso de los años, pequeños cementerios de cemento y maquinaria de obra abandonada que todavía enturbian buena parte de los barrios de Valencia, y pone en pie de guerra a los residentes ante los problemas que esto les origina. Los vecinos de Benicalap denunciaban hace unos días el mal estado de conservación de una enorme grúa de obra abandonada hace años en una construcción que quedó sin terminar en la calle Florista. Los residentes creen que la posibilidad de que pueda desplomarse es real, por lo que ya han alertado al ayuntamiento para que trate de solventar el problema. Son conscientes del grave peligro que supone la monumental grúa que corona el barrio. Por ello exigen celeridad al gobierno local en las gestiones pertinentes para retilar la estructura. No quieren esperar a que un día de fuerte viento la tumbe y cause una desgracia. Pero no es la única grúa de obra abandonada en Valencia. LAS PROVINCIAS ha podido comprobar 'in situ' que, al menos, existen otras tres que, tras paralizarse la construcción de los edificios a los que pretendían dar servicio, han quedado abandonadas y presa del paso del tiempo, con el consiguiente deterioro. El caso más sangrante se encuentra en el entorno del barrio de Las Moreras, al sur de la desembocadura del cauce, paralelo a la calle dels Llauradors, donde el agujero que debía acoger el parking del edificio se ha convertido en un estanque donde se puede escuchar hasta el croar de las ranas. Una vieja grúa corona la desolada estampa, en la que sobresalen las columnas de hormigón entre el agua putrefacta. La maleza y el intermitente vallado completan la decoración de esta zona de reciente creación en la que, a sólo unos metros, unos niños jugaban en las pistas de pádel de una urbanización privada. «Así lleva desde la primera carrera de la Fórmula Uno. Está llena de mosquitos y porquería, y en las casetas de obra viven indigentes», lamentaban desde la asociación de vecinos de Grau-Port. El varias veces prometido barrio de Sociópolis, que pretendía ser un hito urbanístico de la capital del Turia, acoge también otra gran urbanización con dos torres de viviendas de unas quince plantas, cuya construcción quedó paralizada y, en estos momentos, no suponen más que un gigantesco esqueleto de hormigón y ladrillos. Sendas grúas se levantan en paralelo frente a cada torre de pisos, esperando reanudar el trabajo. Según fuentes del PSPV, este inmueble es propiedad del IVVSA y debía albergar 184 Viviendas de Protección Pública (VPP), que tenían que estar terminadas a finales del año pasado. Nada más lejos. Además, en este «barrio fantasma», como lo calificaron los socialistas, existen otras dos promociones, una de Edivama y otra con licencia caducada de Crea 07, que también iniciaron las obras y se paralizaron. En total, en todo Sociópolis se debían haber construido unas 3.000 viviendas con fecha tope diciembre de 2012. De momento son unas 480 las que se han terminado, por lo que los solares sin edificar se suceden en este espacio. Otro claro ejemplo de las secuelas del frenazo de la construcción se da junto al bulevar sur, en la prolongación de la calle Ángel de Villena en dirección a la Ciudad de la Justicia, un espacio que prometía rematar urbanísticamente el barrio, y que ha quedado como un islote donde se intuyen las calles, dibujadas por los bordillos de las aceras, pero salpicadas de piedras, vallas tiradas en el suelo y trapas de conducciones. Todo ello, sumado a la carencia de asfaltado, convierte a estos viales en casi impracticables para los vehículos, cuya circulación está prohibida. En el centro de este gran espacio, a modo de monolito, languidece la estructura de otra pequeña construcción, que sólo creció hasta la segunda planta antes de paralizarse. Un caso similar se da en el nuevo Patraix, donde pueden contabilizarse más solares que inmuebles o en la entrada a El Palmar, donde «se hizo la urbanización pero en todos los solares falta por construir. Además, muchos están vallados, pero los que no tienen protección están llenos de desperdicios y escombros, es una pena», destacaba Ernesto Peris, presidente de la asociación de vecinos de la pedanía. Y en estos casos al menos se ha ejecutado la urbanización, total o parcialmente, pero existen en Valencia alrededor de medio centenar de planes urbanísticos pendientes de ejecutar, con una previsión de unas 10.000 nuevas viviendas. Juan Verdeguer y la harinera La calle Juan Verdeguer también cuenta con varios ejemplos de obras paralizadas. A las puertas del colegio San José de Calasanz, donde antes un gran cartel anunciaba las últimas viviendas a la venta, ahora sólo hay un edificio de cinco alturas donde el ladrillo caravista sólo llega hasta la tercera. Unos metros más adelante, en el cruce con la calle Poeta San Martín Aguirre, unos gigantescos soportes sustentan la fachada protegida de la antigua harinera, obstaculizando el paso de peatones, y generando un rincón «de ruina total», según los vecinos. Pero no hace falta desplazarse hasta la periferia. En pleno centro, en el barrio del Carmen, se encuentra también otra obra paralizada, ésta de rehabilitación, en la plaza del Carmen y también propiedad del IVVSA, como recordó Toni Cassola, presidente de Amics del Carme. Un gran andamiaje sustenta sus fachadas y obstaculiza el paso de peatones. Algo parecido pasa en la calle Serranos. «Hace más de cinco años se prendió fuego un edificio y pusieron un andamio provisional, que todavía sigue ahí. Hay una residencia cercana, por lo que pasa mucha gente con carritos y sillas de ruedas y es una de las principales calles de acceso al barrio», explicaba Cassola. La radical caída de la construcción, que supuso el pistoletazo de salida de la actual crisis económica, también impactó de lleno en la construcción de grandes infraestructuras y dotaciones vecinales. Al ya manido nuevo estadio de Mestalla, en la avenida de las Cortes Valencianas, se suma el retén de la Policía Local y Bomberos de Ciutat Vella, actuación en la que los residentes lamentan que «corte un acceso de forma innecesaria, entre las calles Alta y San Miguel, limitando la entrada a varios comercios del barrio», insistió Casola. También dos polideportivos, uno en la avenida de Francia y otro en Nou Moles, han sufrido serios frenazos en su construcción y, por el momento, siguen sin tener una fecha clara para su inauguración. El primero de ellos debería haberse abierto al público a mediados de 2011 en las antiguas naves de la histórica fábrica de fertilizantes Cross. La empresa Cleop, adjudicataria de la obra, anunciaba en febrero de 2011 que ya había ejecutado la mitad de la actuación, que contaba con piscina, dos pistas de tenis, once de pádel, oficinas para la Federación Valenciana de Pádel, cafetería y zona de juegos para niños; y que en junio estaría totalmente lista. Sin embargo, la empresa entró en concurso de acreedores antes de acabar la obra, eso sí muy avanzada, y hace poco más de un mes el Ayuntamiento anunciaba que estaba estudiando ya sacar a concurso la gestión de este polideportivo. El polideportivo de Nou Moles ha rizado el rizo y hace un par de meses sufrió su segunda paralización, después de que en el pasado mes de junio se reanudara su construcción, según fuentes de Esquerra Unida. Desde el Ayuntamiento deslizaron que no se ha paralizado completamente el proyecto, pero sí ralentizado, al plantearse modificaciones en el proyecto inicial. Los vecinos, mientras tanto, siguen esperando esta dotación.

viernes, 29 de marzo de 2013

¿DE DÓNDE VENIMOS? (I)

Explicar la actual situación económica en terminos de crisis es para ocultar la responsabilidad de los políticos y gobernantes mediocres que hemos tenido en este país. La realidad de la economía española es la que estamos viviendo, no estamos en un paréntesis. Hemos venido aquí para quedarnos. Y, ¿Cómo hemos llegado? Una política económica fácil: el crecimiento del PIB español era en base al crecimiento de la deuda. La deuda financiaba el consumo que financiaba el PIB, y dentro del consumo se incluían los pisos. La entrada facilito que la endeudarse fuera fácil y barato. Varios paradigmas operaron durante la época de la burguja inmobiliaria: Una, por ejemplo, que los pisos nunca bajan de precio y, dos, que alquilar era tirar el dinero. 2- Alquilar es tirar el dinero. "Cómprate un piso en vez de alquilar, porque luego lo puedes vender y recuperas el dinero e incluso ganas". ¿Por qué los precios no podían bajar de precio? Esta simple pregunta desmontaba esos paradigmas totalmente ajenos a la racionalidad económica. Pero la gente tenía la respuesta fácil. "No pueden bajar porque los pisos siempre suben de precio".

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